miércoles, 31 de agosto de 2011

Familia

¡Hola Ciber-mundo!
Para dar inicio al uso del blog comenzaré con un tema que es muy fuerte y común para la mayoría de las personas, como ven en el titulo, hablare de la familia.
 ¿Quién no ha pasado por la etapa en dónde no queremos ver ni mucho menos escuchar a nuestros padres? Yo paso por esa etapa, sin embargo, no considero que sea una etapa, si no la flor de una semilla sembrada al inicio de nuestra vida.

La familia, en especial los padres, nos cuidan de pequeños, nos alimentas, protegen y brindan comodidades para vivir. Sin embargo, es la misma familia la responsable de los odios, inseguridades, miedos, malas experiencias, amarguras, etc.

A veces, al llegar a casa y ver a mi familia reunida, en lugar de ser motivo de alegría… es motivo de angustia.
Muchas veces escucho a mi madre decir cosas malas de sus hermanos y después, decirles que los quiere y que cuentan con su apoyo. ¿Acaso eso no es hipocresía?

Odie o no reconocerlo, le debo la vida a mis padres, pero ¿Acaso es eso una condena que nos obliga a estar con ellos TODA la vida? Yo considero que no. Estoy de acuerdo en que al trabajar se le brinde un porcentaje monetario a los padres en agradecimiento por “ayudarnos” de cierta manera a nuestra formación, pero aclaremos algo, que sean nuestros padres nos les da el derecho de meterse en cosas que no les incumben o que no entienden.

Una queja grande que tengo es que… ¡Dios! ¿Por qué nos humillan frente a las amistades? El estúpido argumento de que “lo hago para que mejores” … ¡ESA NO ES LA MANERA! Entiendan algo, eso JAMÁS se lo agradeceremos, al contrario, se lo reclamaremos si es que no lo sepultamos primero.

Yo no tengo la ilusión de ser madre porque no quiero perjudicar a la criatura con el método de enseñanza que me han dado.

Ahora, lo que aborrezco, repito, ABORREZCO de lo que hacen los padres es que hagan comparaciones DE CUALQUIER TIPO, ya sea de las experiencias que vivieron a nuestra edad o lo que es peor, que siembren la rivalidad en los hermanos y luego se cuestionen “¿por qué no quieres a tu hermano?”, ESO es lo peor y más común que hacen los padres.

“Adultos” –y lo pongo entre comillas porque existen situaciones en que se portan peores que nosotros- REACCIONEN, NO SOMOS IGUALES, MUCHO MENOS A USTEDES.

Si desean hablar, tengan conciencia que son DOS PERSONAS CON DIFERENTE PENSAMIENTO, si los únicos que van a hablar son ustedes DIGAN QUE QUIEREN SER ESCUCHADOS, digo, por lo mínimo, ¿no?

Diría mil cosas más, pero comenzaría a decir groserías y media, así que dejo esto con la intención de que piensen, NO SOLO LOS ADULTOS, si no también nosotros como jóvenes.

La adolescencia es una etapa maldita en todos los sentidos de la palabra. Hacemos estupidez y media y justificaciones estúpidas.

Los adultos no son los únicos que se equivocan, nosotros también los hacemos y sin darnos cuenta dañamos a los padres.
¿Acaso no creen que ellos no desean estar lejos de nosotros también y por las mismas razones? Ellos también sufren por culpa nuestra. En ocasiones se nos olvida que ellos también sufren, sienten, aman como nosotros.

La familia está conformada por papá, mamá e hijos, y lo que tenemos que aprender es que existen formas, nosotros como hijos, tenemos que respetar, mas no pagar platos que no nos corresponden.

En conclusión, digo que la familia es como una paradoja, pero no una condena. NO mentiré al decir que a veces lo mejor es alejarse de la familia para salir adelante con forme a tus principios morales, metas y mentalidad.

“Hay que saber de dónde venimos, pero el pasado se olvida al recordar quienes somos”.